FMI EXIGE REFORMA PENSIONAL Y TRIBUTARIA


Por. VĆ­ctor Garavito

Sí las decisiones sobre el futuro de la economía estuvieran en manos del Fondo Monetario Internacional, FMI, o la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, OCDE, en Colombia se haría una realidad los sueños del ministro de Hacienda y Crédito Público, Alberto Carrasquilla.

Pero las decisiones se tomarían sin tanto debate o tal vez y, tal vez, sin que nadie lo advierta, es decir, la clase media y los pobres del país pagarían mÔs impuestos, el salario mínimo bajaría y la reforma pensional aumentarÔ la edad de jubilación.

Este tambiĆ©n serĆ­a el sueƱo de todas las multinacionales extranjeras, los ganaderos, la agroindustria, el sector financiero y la clase polĆ­tica colombiana ¿Pero a quĆ© se debe tanta coincidencia?

Realmente, el libreto del FMI es el mismo para Colombia o para cualquier país subdesarrollado que tenga como modelo económico el extractivismo, sistema productivo al que nos condenaron los países desarrollados; en efecto, desde los tiempos de la colonia, somos la bodega privada que sirve de expendio de materias primas, es decir, recursos naturales a bajos costos a las multinacionales.

Sin duda, esta es la realidad reconocida por la nueva declaración del FMI, el pasado viernes 21 de febrero; según el representante de este organismo, Hamid Faruqee, jefe de la Misión, la economía colombiana va por buen camino y los esfuerzo que hace el Estado son suficientes, aunque el desempleo y la informalidad crezcan en la misma proporción que la desigualdad social, la corrupción se robe 50 billones de pesos anuales de los recursos públicos, sigamos privatizando los activos estratégicos de la nación; pero también, con una balanza comercial deficitaria -mÔs importaciones que exportaciones- así como la cuenta corriente - diferencia entre lo que se ahorra y lo que se invierte- de la nación con un 4,4% del PIB y pidiendo prestado para pagar las deudas; pero todo va bien.

No obstante, llama la atención que tanto para el FMI, la OCDE, Fedesarrollo y como el mismo ministro Carrasquilla, coincidan en sus apreciaciones y compartan la misma perspectiva frente a la salida a una crisis económica de enormes proporciones, como la nuestra, que en la actualidad basa su crecimiento en la migración y el consumo interno.

Al mismo tiempo, el FMI seƱala que lo urgente es llevar a cabo una nueva reforma pensional y tributaria, hecho que habĆ­a desmentido el Duque y sus ministros en el 2019; en ese momento los altos funcionarios del gobierno nacional salieron a decir que la convocatoria al Paro Nacional se basaba en mentiras y en todos los medios noticieros repetĆ­an que este era un gobierno de cara a la gente ¿Pero quiĆ©n sabe de cuĆ”l gente?

Uno de los argumentos utilizados por FMI afirma que «el flujo de migrantes estimuló el crecimiento de la economĆ­a en aproximadamente ¼ por ciento el aƱo pasado, y este ha sido absorbido en gran parte por el sector informal, mostrando hasta ahora poca evidencia de desplazamiento laboral». Esta tesis con la que se sustenta el informe es imprecisa e inexacta; ademĆ”s, no presenta ningĆŗn indicador validado por fuentes estatales, la academia o entidad privada que le de veracidad de esta afirmación.

Basta con salir a cualquier ciudad del paĆ­s y encontrar a miles de ciudadanos venezolanos que son contratados con salarios por debajo de la normatividad legal; de esta forma, son absorbidos por el mercado en condiciones de precariedad, lo que abarata costos laborales y pauperiza, no solo de los migrantes, sino de los trabajadores colombianos, presentado un alto nivel de desplazamiento laboral en la mano de obra no calificada y calificada.

Pero veÔmoslo en perspectiva, según un estudio de la Universidad Nacional, por cada 10 colombianos que viven en el exterior, de seis (6) a siete (7) hacen giros al interior del país; cifra que alcanzó los US$6.773 millones, es decir, las remesas subieron un 7,1% comparadas con el 2018 y dejó un promedio de US$18,5 millones que ingresaron por día al país. A esto hay que sumarle la tasa de cambio favorable por efectos de la devaluación, que vivió su mÔximo histórico el pasado 29 de noviembre, al cotizarse en $3.522,56, lo que representó un alza de $19,64 frente a la Tasa Representativa del Mercado (TRM), que por primera vez se ubicó en $3.502,92.

Si gran parte de la estabilidad económica se basa en el flujo migratorio, las remesas y el consumo interno, en un país con una balanza comercial y corriente altamente deficitaria o negativa, como se le olvidó mencionar en el informe al FMI, estamos creando un burbuja basada en un consumo insostenible pero estimulada desde el Banco de la República al mantener una tasa de interés de referencia en 4,25%, que ya cumplió 21 meses.

Igualmente, una economĆ­a basada en la reactivación del consumo interno, aunque el mayor grueso de la población tiene una baja capacidad adquisitiva debido al nulo crecimiento real del salario mĆ­nimo, el aumento de los servicios pĆŗblicos y la cascada de alzas por la reforma tributarĆ­a; ademĆ”s, en la población flotante altamente conflictiva que genera percepción de inseguridad en las ciudades y hechos de orden pĆŗblico; pero ademĆ”s, en el comportamiento de las remesas que no dependen directamente de la economĆ­a sino de hechos como la alter mundial por el coronavirus –COVIC 19- y un 2019 donde las condiciones de la dinĆ”mica económica cambiaron.

¿Y con todo esto, ud. todavĆ­a piensa que la economĆ­a va bien? ¿QuĆ© lo Ćŗnico que necesitamos es solo una nueva reforma pensional y tributaria?

ADENDA: Para completar el panorama, alguien puede atreverse a pensar que con la burbuja del consumo, nos preparan una crisis del sector financiero, para que todos los colombianos tengamos que aportar para salvar los bancos, como hicieron con el impuesto del tres por mil durante la presidencia de Pastrana? Recordemos cuantos ministros, de los buenos muchachos, del gabinete de Duque que trabajaron para Luis Carlos Sarmiento Ɓngulo y su Grupo Aval.

Fotografía: Crónica 500, febrero 2020.

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