¿CÓMO OLVIDARTE ANDRÉS? HOMENAJE A LAS VÍCTIMAS DEL VALLE DEL RÍO ARIGUANÍ
Entre la complicad del Estado, el Olvido y La Impunidad
Por. Víctor Garavito
Mientras el país en la primera semana del mes de septiembre de 1999 vivía un tenso escenario en todos los ordenes de la vida nacional, en Ariguaní los narcoparamilitares asesinaban a su exalcalde Andrés Alfonso Palmera Anaya, con la abierta complicidad de la Policía Nacional y la presunta participación intelectual de algunos dirigentes locales, para los que el joven político era incomodo. Sin embargo, de eso hoy esta prohibido hablar.
En efecto, hace 20 años, el país amanecía un 1 de septiembre de 1999 con un Paro Nacional convocado por las Centrales Obreras, hecho al que no fueron indiferentes los trabajadores del Magdalena, como lo registró la prensa regional.
Sin embargo, el único interés de los medios en el Magdalena fue el orden público y no las razones por las que el movimiento sindical salió a protestar, en medio de una sociedad avasallada y al servicio del narcoparamilitarismo. Ese día el titular de primera página del Hoy Diario fue: “Y no pasó nada, sigue el paro”.
Los “Paras” y la región
Panoramica de El Difícil, Municipio de Ariguaní, Magdalena |
El Municipio de Ariguaní, cuyo casco urbano, El Difícil, se encuentra ubicado en la subregión del centro del Departamento del Magdalena, a 216 Kms. de Santa Marta, en 1999, nadie transitaba por sus vías o caminos sin la autorización de los “paras”.
Hoy, las cosas parecen seguir el mismo curso de una historia petrificada y construida con el despojo de tierras a los campesinos de la zona y una extensa lista de asesinatos, que aún no logran visibilizarse como lo reconocen sus pobladores, porque continúan enterrados en diversas fosas comunes, disgregadas en su quebrada geografía.
El Difícil, un poblado de 32.166 habitantes, sigue anclado en la década de los años 90´s del siglo pasado, como lo señalan una parte de sus habitantes; en esos tiempos, su clase política y sus autoridades, decidieron entregarse a los narcoparamilitares.
De tal manera, que colaboraron abiertamente y patrocinaron las acciones del Bloque Norte; así mismo, fruto de esa complicidad, lograron enriquecerse en medio de una cruenta guerra que los “paras” le declararon a los campesinos de la región para despojarlos de sus tierras; a pesar de ello, hoy se excusan detrás del “no podíamos hacer nada” o lo que es más lamentable: “nos obligaron”.
No obstante, con el proceso de la parapolítica no hubo nada nuevo para los dificileros, simplemente emergieron los secretos a voces, que develaron el entramado de complicidades entre la dirigencia y los narcoparamilitares. Fue así como el país conoció los llamados “Pactos de Chivolo y Pivijay”.
Por esta razón, algunos de los líderes políticos de la región hoy disfrutan del beneficio de casa por cárcel; quienes cogobernaban con los narcoparamilitares en los distintos entes territoriales del Valle del Rio Ariguaní, para saquear los recursos del Estado en beneficio propio y de los comandantes del Bloque Norte.
La sentencia de “casa por cárcel” no se cumple en su totalidad, porque algunos de los políticos condenados, así como de los excomandantes que viven aún en El Difícil, se pasean impunemente por estos territorios; mientras los organismos de seguridad parecen no darse cuenta de la situación, como tampoco lo hacen, con la aparición del “Ejército de Antirestitución de Tierras”, el Clan Usuga, la trata de blancas -con el arribo a la región de un grupo numerosos de venezolanas ilegales que ejercen la prostitución-, el aumento del tráfico de estupefacientes ni la criminalidad.
En la actualidad, para nadie es un secreto “quién es quién” en El Difícil y en cada uno de los municipios del Valle del Rio Ariguaní; ni cómo fue el macabro accionar de la ultraderecha colombiana, porque en 1999 los criminales ya habían tocado a las puertas de muchas familias ariguanenses, al tiempo que enterraban sus muertos bajo la estricta vigilancia de una sociedad que rápidamente entró en pánico y terminó al servicio de los narcoparamilitares.
De esta forma, los habitantes del Municipio de Ariguaní, serían señalado y estigmatizados como los “paracos” del país, así lo reconocen hoy algunos de sus habitantes.
¿Quiénes Mataron a Palmera?
El asoleado 7 de septiembre de 1999 no fue un día más en el Valle del Rio Ariguaní; como hacia ya varios años y bajo la mirada impasible del Estado, los paramilitares demostraron quienes eran los amos y señores de estas tierras.
Ese día, mientras el exalcalde de Ariguaní, Andrés Alfonso Palmera Anaya, retornaba a la ciudad de Barranquilla, donde se había establecido con su esposa Yurbey Núñez y sus tres hijas, un kilómetro adelante del Corregimiento de Pueblo Nuevo, en la Troncal de Los Contenedores, sobre la vía que conduce de Difícil a Bosconia, fue abordado por un comando de hombres fuertemente armados de narcoparamilitares, pertenecientes al Bloque Norte, que comandaba Rodrigo Tovar Pupo, “alias Jorge 40”.
En ese momento bajaron a Andrés del vehículo donde se desplazaba, luego de pasar el fin de semana en El Difícil; con la mesura que lo caracterizaba se dejó conducir para no poner en riesgo la vida de sus acompañantes, esos serían los últimos minutos que lo verían con vida. De ahí en adelante, todo fue confusión y angustia.
La noticia del secuestro de Palmera Anaya corrió rápidamente por el Valle del Ariguaní; así se iniciaron las 72 horas zozobra más largas que recuerde la gente de El Difícil, sus simpatizantes y familiares. Sin embargo, los únicos que no se enteraron de lo sucedido fueron los agentes del Puesto de Policía del Corregimiento de Pueblo Nuevo ni de la Estación de El Difícil, quienes solo guardaron silencio y mantuvieron su complicidad frente al asesinato de Andrés Palmera.
El 8 de septiembre, la prensa regional mencionaba el hecho y advertía que: “El plagio se le atribuye a la guerrilla”, así lo señaló, incluso en su titular de primera página el periódico Hoy Diario del Magdalena. Por su parte, la Administración Municipal a cargo del exalcalde, Guillermo Sánchez Quintero, convocó a un Consejo de Seguridad, para tratar de minimizar los hechos y mientras los autores intelectuales mantenían la conspiración en las calles de El Difícil.
De igual manera, al ser consultado por la prensa regional, el entonces Comandante de la Policía del Magdalena, Coronel Hernán de Jesús Bonilla Álvarez, precisó que aunque esa institución adelantaba las investigaciones, aún no tenía conocimiento de sus autores. Lo cierto es que fueron los últimos en movilizarse tras el secuestro del exalcalde Palmera Anaya.
Finalmente, el 9 de septiembre, fue hallado en las inmediaciones de la vía que conduce de Fundación al Corregimiento Santa Rosa de Lima, el cuerpo de Andrés Alfonso Palmera Anaya, con varios disparos y evidentes signos de tortura.
Muchas años más tarde, en unas declaraciones del reconocido comandante narcoparamilitar, oriundo del El Difícil, Óscar Ospino Pacheco, alias Tolemaida, dentro de una audiencia pública de Justicia y Paz, manifestó que el asesinato de Palmera Anaya, fue ejecutado por la orden de Rodrigo Tovar Pupo, alías Jorge 40, como respuesta a lo que él llamó “desacuerdos políticos”, es decir, reconoció, que el exalcalde de Ariguaní se negó a confabularse con los “paras”, así como lo habían hechos los demás políticos de la región.
Sin embargo, lo que no dijo en esa ocasión Ospino Pacheco es quienes fueron los autores intelectuales del homicidio. Aunque, existen diversas versiones que recorren el Valle del Rio Ariguaní sobre los responsable de este infame hecho, pero quienes las conocen lo hacen a sottovoce, porque es peligroso sostenerlas, dado que no se cuentan con la evidencia fáctica necesaria para concluir sobre este execrable crimen; además, ninguno de los organismos encargados de adelantar las indagaciones, tampoco quieren hacerlo.
Otros opinan que llegar al fondo del asesinato del exalcalde Palmera Anaya, destaparía nuevamente ese entramado de vínculos entre la dirigencia regional y la clase política con los “paras”; por eso, los implicados prefieren hacer “grandes esfuerzos económicos” para que las investigaciones duerman en el sueño de los olvidados o como dice la clase política: “darle manejo”, es decir, pagar por el silencio.
Así concluyen quienes apelan a los tradicionales refranes y de manera puntual manifiestan que: “Cuando el rio suena, es porque piedras llevan”, señala los ariguanenses cuando se refieren a la muerte de Palmera Anaya; a pesar de ello, existen los que se atreven ha señalar los nombres de los presuntamente instigadores o autores intelectuales del crimen. Por todas estas razones, los trágicos sucesos del 7 de septiembre seguirán impunes, porque aún no se ha dicho toda la verdad ni los sectores que aún conservan el poder están dispuesto a revelarla.
Por otro lado, es preciso mencionar la indolencia y el tratamiento de tercera que le dieron al magnicidio, la prensa regional como la dirigencia del Magdalena. Primero, los medios trataron el hecho como una noticia judicial sin ir más allá de las circunstancias políticas y le restaron la importancia que requería el momento y guardaron silencio; además, no hubo ningún tipo de investigación ni se llevó la noticia al ámbito nacional. Así mismo, se observó la pasmosa indiferencia de la Administración Departamental y los diversos sectores sociales del departamento.
Septiembre de 1999 en el país
Los acontecimientos de la primera semana de septiembre dan cuenta de un país que se debatía, entre los mismos males, que hoy nos aquejan, en medio del entretenido encantamiento de sus telenovelas y esa fétida noción de actualidad de los medios privados de información.
Y para no ir más allá de la realidad, el país comenzó 1999 en medio de una profunda recesión económica que venía del 98; por esos días en Colombia se registró un crecimiento negativo del -4,5 % en el Producto Interno Bruto, PIB; entre otras, por el déficit fiscal, generado por el excesivo endeudamiento del Estado bajo el Gobierno de Andrés Pastrana y del sector privado.
Todo ello dejaron a los colombianos sin capacidad de compra, lo que aceleró la pobreza, la caída de la producción nacional y el aumento del desempleo alcanzó un record histórico que sobrepaso el 20%.
Al tiempo que las tasas de interés fueron del 50 al 60 por ciento. Así, en medio del descontento social, la corrupción y las ayudas destinadas solo a los grandes empresarios, se hundía la economía sin que nada la pudiera detener.
Mientras que dentro de las creativas fórmulas planteada por el Gobierno de Pastrana, cuyo Director Nacional de Planeación era el hoy Ministro de Hacienda y Crédito Público, Mauricio Cárdenas Santamaría, fue sacar a la venta la empresa de Interconexión Eléctrica, Isa, y la generadora Isagen; decisión, que fue mal recibida por la Comisión Quinta del Senado.
En este momento, muchos trabajadores perdieron sus casas por cuenta del Sistema de la Unidad de Poder Adquisitivo Constante, UPAC; la trampa que montaron los bancos, junto con el Gobierno de Misael Pastrana, para enriquecer al sector financiero a punta del sueño de muchas familias: adquirir casa propia.
En septiembre de 1999, y debido a la gran cantidad de demandas que se interpusieron frente a la voracidad de los bancos y contra el refinado mecanismo del UPAC, con el que se estafaban a quienes se arriesgaron a endeudarse para tener casa, la Corte Constitucional resolvió acabar con el Upac, con la sentencia C-700 del 16 de septiembre; así 25 años después, que Pastrana engendrará este monstruo para esquilmar a los colombianos, se inició su desmonte.
Sin embargo, el país no salía de la profunda tristeza y el dolor, que significó para los colombianos, el asesinato del Periodista y Humorista Jaime Garzón, el 13 de agosto en Bogotá, a manos de los narcoparamilitares y en medio de un operativo montado y patrocinado por el Estado colombiano, hechos que aún están por esclarecerse totalmente.
¿Qué cambió?
Nada. Los protagonistas políticos de 1999 son los mismo de hoy y sus postura ideológicas solo se han acomodando a los tiempos del poder.
Ellos caracterizan perfectamente un Estado donde subsiste una especie de híbrido: una democracia cuestionada y su selecta clase política marcada por la sagrada tradición de lo heredado, a punta del linaje de los apellidos y otras pócimas.
En cierta medida, esta realidad refleja como la hegemonía Liberal-Conservadora ha buscado resolver las grandes disyuntivas nacionales; como lo hizo con el Frente Nacional y su reparto equitativo de las riquezas país, que solo benefició a la clase política y la plutocracia colombiana.
Dese este punto de vista, ¿Quién dijo que en Colombia no hay equidad? Acaso aún no tenemos el mismo Estado equitativo del Frente Nacional, donde siempre se reparten las riquezas que producimos todos, los corruptos de siempre?
En esos días, mientras el Ministro del Interior, Néstor Humberto Martínez, el hoy polémico Fiscal General de la Nación, se trenzaba en una discusión con las Centrales Obreras, lideradas por el representante de la CUT, Luis Eduardo Garzón, quien fuera Alcalde de Bogotá; en el Congreso, dos magdelenenses, el Parlamentario Jesús Armando Pomarico Ramos de Plato y el samario Miguel Pinedo Vidal en el Senado, eran sus respectivos Presidentes.
Luego, a los ilustres hijos del Departamento del Magdalena, les tocaría enfrentar los muy sonados escándalos de corrupción y alianzas con los paramilitares, de los que no salieron bien librados. El primero fue Pomarico Ramos, condenado por la Corte suprema de Justicia a 12 años de prisión, debido a que durante su presidencia en la Cámara de Representantes se esfumaron la no despreciable suma de $5.300 millones de pesos.
El segundo, Miguel Pinedo Vidal, de Cambio Radical, y Presidente del Senado, fue señalado en los hechos de la parapolítica y salió condenado a 108 meses, es decir 9 años, por la Sala Penal de la Corte Suprema. Esto mismo, sucedió con buena parte de los dirigentes políticos del Magdalena, quienes estuvieron estrechamente ligados al narcoparamilitarismo.
Por este tiempo, se destapó otro gran escándalo en el país por cuenta de un mico jurídico en el Congreso; muy hábilmente y sin ningún tipo de vergüenza los honorables padres de la patria, intentaron aprobar mediante un acto legislativo, el sistema de prevención y seguridad social exclusivo para los congresistas y elevarlo a rango constitucional.
De tal manera, que ante un agonizante el Seguro Social y el colapso de la salud en el país, los congresistas, tiraron el anzuelo tratando de pescar en rio revuelto. Los autores del adefesio jurídico fue el representante el boyacense Zamir Silva y Joaquín Vives, excandidato a la Gobernación del Magdalena y exmagistrado del Consejo Nacional Electoral; ambos del Partido Liberal.
Pero, el Cesar, también caía en desagracia de la mano de su farandulero Gobernador Mauricio Pimiento, quien también estuvo preso por parapolítica; esta vez, la Contraloría General de la Nación, le contó al país como de los $3.000 millones que el Gobierno Nacional le entregará a Pimiento, destinado a atender a los damnificados del invierno en este departamento, se habían desaparecido $2.627 millones. Lo que puso al descubierto como algunos los mandatarios regionales y locales, manejaban estos recursos.
Por el otro lado, el alcalde de Bogotá para la época, Enrique Peñaloza, salía airoso de una revocatoria de su mandato, impulsada por la Red de Veedurías Ciudadanas, frente a lo que algunos calificaron como una desastrosa gestión; lo interesante del hecho es que los ciudadanos colombianos se dieron cuenta del espinoso camino del quien se proponga adelantar un proceso revocatorio contra cualquier mandatario del país.
Pero también se abría el debate, que sonrojo a muchos, levantó ampollas en otros e inició toda una cadena de exorcismos, rosario y oraciones contra el mal de los tiempo, el reconocimiento que el país le debía a la diversidad sexual y abrió el paso para un cambio de mentalidad, con respecto a otras opciones de vida distintas al de las parejas heterosexuales.
Así entraba Colombia a modernizar su legislación y de paso se inició un proceso de discusión abierta, donde aún subsisten diversos tabúes y mentiras como las que esgrime la senadora liberal y pastora Viviane Morales, los conservadores y los del Centro Democrático.
Este espinoso tema de la diversidad sexual, para unos, solo se comenzó a tratar con la aparición del VIH; luego que muchos artistas y personalidades del arte y la cultura, decidieran “salir del closet” y hablar sin tapujos sobre lo que representado como el “diablo” para las iglesias cristianas, “en los tiempos del fin del mundo”.
No todo eran malas noticias, por lo menos el país asistía al ascenso de la cantante barranquillera Shakira en la escena internacional, así lo reconocía el 10 de septiembre el periódico El Tiempo al titular así una nota sobre la artistas caribeña: “Shakira con síntomas de estrella mundial”.
Al mismo tiempo, Juan Pablo Montoya hacia sentir orgullosos a los colombianos al ganar su séptima victoria en la Indy Car de los Estados Unidos, ese 5 de septiembre y el país se subía al monoplaza de la Montoyomanía.
Entre tanto, otros connacionales se volvieron famosos en las calles de New York y La Florida, no precisamente por sus hazañas deportivas o artísticas. En un abrir y cerrar de ojos siete hombre y una mujer adquirieron una notoriedad que hoy envidiaría cualquier político; por ellos, ofrecían US$51.000 dólares, dado que esta banda de colombianos asesinó, durante un asalto que protagonizaron el 27 de agosto, a Donald Pagani, un exoficial de la Policía norteamericana.
Orden Público
En materia de orden público la semana con la que abría septiembre de 1999, daba cuenta de un incremento de la actividad de los narcoparamilitares, quienes aventajaban ostensiblemente a la insurgencia, FARC y ELN, así no anunciaba el Ministro del Interior, Néstor Humberto Martínez, quien precisó que en el último año, según lo que el llamaba “las autodefensas” su accionar había crecido en 23%.
De tal manera, que los narcoparamilitares, también elegantemente señaladas por los medios privados de información como “autodefensas”, habían cometido 8 masacres, 5 secuestros y 87 homicidios, según las estadísticas reportadas a las autoridades.
El 2 de septiembre, luego que narcoparamilitares asesinara a 15 personas en Yolombo, Antioquía; en una operación militar contra guerrilleros de las FARC, que habían atacado la noche del 31 de agosto, a la población de Hato Corozal, Casanare, concluyó con un saldo 50 insurgentes muertos.
Así lo publicó en la primera página El Tiempo, quien a su vez señaló que esta era la “cuarta derrota” que en 1999 le propinaba las Fuerzas Armadas al grupo subversivo, mientras mantenía desde 1998 un proceso de diálogo con el gobierno de Pastrana en el Cagúan.
Los avatares del Magdalena
Por aquella época de 1999 otro de la línea de sucesión dinástica de los Vives, como lo es Juan Carlos Vives Menotti, era el Gobernador del Departamento, el mismo que cuando se desempeñaba como Director de Estupefacientes, el gobierno panameño lo investigó debido a fuertes sospechas que lo relacionaban con el presunto delito de lavado de dinero, que estuvo relacionado con el caso de su medio hermano Patricio Vives, condenado en EEUU. por tráfico de drogas.
En 1999, los nombres como el de Pepe Vives, Edgardo Vives, Nacho Vives, Juan Carlos Vives, Luis Eduardo Vives y Joaquín José Vives, seguían presentes en la escena regional; mientras la clase política del Magdalena sufría un devastador procesos de descompsoción de la que jamás se ha logrado recuperar, hasta el punto que el departamento llegó a tener tan solo un parlamentario, dado que sus más destacados dirigentes fueron condenados por parapolítica, como le sucedió a Fuad Emilio Rapag Matar, quien fue la fórmula que acompañaba, al hoy Representante Eduardo Agatón Diazgranados Abadía, en las elecciones del 2010.
Fuad Rapad en marcha de apoyo a su candidatura al Senado con su fórmula a la Cámara de Eduardo Diazgranados (27 de Feb. de 2009) |
Eduardo Díazgranados, Ex-Representante a la Cámara y seguro Candidato a la Gobernación del Magdalena, en su primera campaña en la plaza pública de Ariguaní (27 de Feb. de 2009) |
En otros hechos, en septiembre de 1999, se reportaba que una buseta de servicio intermunicipal, adscrita a la Empresa Brasilia, era incinerada por un “reducto guerrillero” que sobre las 4:30 de la madrugada, en el puente sobre el rio Ariguaní en inmediaciones del Corregimiento de la Loma del Bálsamo del Municipio de Algarrobo.
Sin embargo, la nota de prensa no precisa a que agrupación pertenecía ese “reducto”, como lo describe el periódico El Informador; lo que da cuenta del pésimo ejercicio periodístico que se hacia en la región, limitado exclusivamente a transcribir los comunicados de prensa de la Policía o el Ejército, sin indagar, confirmar o ampliar las noticias, ni mucho menos a contextualizar las múltiples realidades por la que a travesaba el departamento. Era una prensa que no hacia reportería y se limitaba a cubrir los hechos desde las sala de redacción de los periódicos.
Así mismo, los municipios de Zona Bananera, Aracata, Fundación y Ciénaga, así como el Distrito de Santa Marta, sufrieron las consecuencias de un atentado contra dos torres de energía eléctrica de Traselca. De este hecho, la prensa tampoco precisó los detalles ni señaló a los responsables.
Por su parte, la clase política del Departamento se preparaba para el evento del año. El homenaje que le brindarían el 24 de septiembre a los más destacado dirigentes regionales del momento, Jesús Armando Pomarico Ramos y Miguel Pinedo Vidal.
En los pasillos de la Gobernación, la Alcaldía, el Concejo o la Asamblea no se hablaba de otra cosa. Al evento asistió lo mas granado y excelso del Magdalena; este acto que se realizó en la Quinta de San Pedro Alejandrino, contaba con organizadores, que después serían noticia nacional, como el exdirector del DAS, Jorge Noguera, el “bueno muchacho” como lo llamó Álvaro Uribe Vélez, quien le hacia el trabajo sucio a la Presidencia de la República y fuera condenado en octubre del presente año por la Corte Suprema de Justicia; otras de las más entusiastas organizadoras fuera la Concejala Uldis Pérez Maestre.
Hoy la Gobernación del Magdalena fue heredada y sigue la línea de sucesión que le impone la Familia Cotes. El primero fue el anterior mandatario departamental Luis Miguel Cotes habeych; ahora su tía, Rosa Cotes de Zuñiga, esposa del exalcalde de Santa Marta, Francisco ‘Chico’ Zúñiga Riasco, condenado por parapolítica, es la actual mandataria regional.
Los que olvidaron a Palmera
En toda la historia política de Ariguaní, nadie ha logrado superar el carisma y la proyección nacional que tenía Andrés Alfonso Palmera Anaya, aún hoy los sectores populares lo recuerdan, al tiempo que su ideario esta anidado en el corazón de muchos ariguanenses, pero la actual dirigencia prefiere dejarlo en el olvido.
Quizás, por que su ejemplo siga siendo peligroso para la clase política de la región, frente a las intestinas disputas políticas que se mantienen por el poder y manejo de los presupuestos municipales, de cara a las próximas elecciones.
A pesar de ello, el ejemplo Andrés Alfonso Palmera Anaya cobra hoy más vigencia que nunca, porque él jamás claudicó ante los narcoparamilitares, como si lo hizo la mayor parte de la clase política magdalenense, que vive una paulatina degradación de la controversia política e impide la construcción de verdaderos espacios de participación y fortalecimiento de la democracia local todos los municipios del departamento.
Así mismo, ante la crisis ética y moral que se vive, derivaba del hecho de tener tanto dirigente condenado por la parapolítica, dejó al descubierto la incapacidad de sus líderes y la aparición de nuevos nombre que surgen en la escena regional; además, de esas familias que aún insisten en perpetuarse en el poder y que siguen enredadas y emparentadas con los paras, el despojo de tierras y la corrupción, quienes seguramente lanzaran a sus hijos o familiares en los próximas comicios electorales.
Es más, para Palmera Anaya, sería impresentable que algunos de sus familiares, discípulos o quienes intenten servirse de su legado, hoy estuvieran militando o haciendo parte de grupos políticos cuestionados y donde sus máximas figuras fueran condenados por la parapolítica, como es el caso del exsenador Luis Albero Gil Castilla y el exgobernador de Santander, Hugo Heliodoro Aguilar Naranjo; a pesar de ello, su hermano Aníbal Palmera hace parte de Opción Ciudadana; aunque, toda argumentación y enmendadura es posible, porque los profesionales de oficio político, siempre manifiestan que: “La política es dinámica”, con el fin de acomodarse con el mejor postor.
Por eso ante la nueva arremetida del narcoparmilitarismo, llámese “Usuga o Ejército Antirestitución de Tierras”, en el Valle del Río Ariguaní, todos quieren olvidar y reacomodarse nuevamente ante las realidades de una nueva guerra que parece esta a punto de estallar otra vez bajo la mirada cómplice del Estado.
Actual Alcalde de Ariguaní, Rivelino Mendoza Ballestas, 2016-20199 (1 de enero de 2016) |
Pero lo más grave aún, se acaba de presentar, cuando el pasado 9 de septiembre conmemoramos los 20 años del vil asesinato de Andrés Alfonso Palmera Anaya, y la Administración Municipal, que se encuentra en manos de quien fuera su exjefe de Planeación, el hoy cuestionado Alcalde Rivelino Mendoza Ballestas, ni siquiera de acordó de esta fecha que reivindica la memoria y a las víctimas del conflicto armado del Valle del Rio Ariguaní.
Estas realidades y hechos, demuestran que una figura como la del exalcalde Andrés Palmera, sigue siendo peligrosa para muchos y seguramente hoy haría una férrea campaña contra quienes claudicaron frente a los narcoparamilitares; por eso, sigue siendo peligros hablar de él en Ariguaní.
Fotografía: (1) Primera Fotografía Pág 8 de la Sección de Judiciales del Periódico Hoy Diario del Magdalena. 9 de septiembre de 1999. (2) Archivo [ar] actualidad regional.
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