EN COLOMBIA, ZIKA, POBREZA Y MINISTERIO DE SALUD
¿Por quĆ© se extiende la epidemia?
Por. Victor Garavito
El pasado domingo 31 de enero, el Instituto Nacional de Salud revelĆ³ en su Ćŗltimo boletĆn epidemiolĆ³gico, un preocupante aumento las cifras de los casos registrados por Zika en el paĆs.
Actualmente, Colombia ha registrado oficialmente 20.297 casos de Zika, entre ellos, 2.116 comprometen a mujeres embarazadas, lo preocupante es estas es que los especialistas seƱalan que este virus causa daƱos cerebrales en los reciĆ©n nacidos, muchos de ellos provocan microcefalia, es decir, malformaciĆ³n del cerebro, niƱos con su cabeza mĆ”s pequeƱa de lo normal, lo que puede producir la muerte.
Sin embargo, la cifras siempre maquillan la realidad o los funcionarios pĆŗblicos del Sistema Regional de Salud, como sucede en el Magdalena, no cumplen estrictamente con los protocolos y no reportan los casos sospechosos, tampoco envĆan las muestras respectivas al laboratorio o simplemente no se piden o se dilatan, con el fin de bajar las estadĆsticas y no crear condiciones adversas a la temporada turĆstica que acaba de terminar.
De otra parte, no es del todo cierto que unos seamos mƔs cuidadosos o que otros emprendan acciones concretas de autocuidado o adopten las medidas necesarias para crear mejores condiciones de higiene que favorezcan su salud o sƩ sensibilicen mƔs rƔpidamente frente a las campaƱas educativas, que adelantan diferentes entidades de salud en el Ɣmbito local, regional o nacional: Acaso las distintas piezas publicitarias no estƔn arrojando los resultados esperados?
AdemĆ”s, cabrĆa preguntarse: ¿Por quĆ© siempre fracasan las estrategias de difusiĆ³n y la propaganda dirigida a la prevenciĆ³n y si triunfan la campaƱas comerciales que nos invitan a consumir mĆ”s? ¿CuĆ”l es la diferencia? ¿SerĆ” a caso que las multinacionales farmacĆ©uticas, los funcionarios pĆŗblicos y el sector privado, estĆ”n empeƱados que las comunidades no asuman el control de su autocuidado y fracase todo intento de autogestiĆ³n de los vectores endĆ©micos, con el propĆ³sito de favorecerse de la demanda de sus fĆ”rmacos, los contratos por cuenta de la declaratorias de emergencia manifiestas y el aumento de sus ventas por culpa de la enfermedad?
De igual manera, ¿QuĆ© venden los medios comerciales de informaciĆ³n revelando las cifras sin presentar la realidad del paĆs: el pĆ”nico nacional y los repelentes contra el mosquito Aedes aegypti. Acaso todos podemos comprar los famosos repelentes de las multinacionales extranjeras?
La realidad que no cuentan
Visto desde otra perspectiva, como es posible detener el avance de la epidemia si gran parte de los municipios pobres del paĆs no cuentan hoy con un sistema de alcantarillado decente, que les permita a las comunidades mejores condiciones para prevenir el virus?
Veamos un ejemplo: En el departamento del Magdalena, con el famoso Plan Departamental de Agua, PDA, se le prometiĆ³ a los 29 municipios que saldrĆan de una vez por todas de las crisis del agua donde aĆŗn se encuentran inmersos, dejando a su paso sistemas de saneamiento bĆ”sico instalados en cada uno de sus centros poblados, del Ć”rea urbana o rural. Este anunciĆ³ lleno de esperanza a la poblaciĆ³n magdalenense en el 2005, quienes recibieron con gran expectativa esta positiva noticia de la AdministraciĆ³n Departamental y las diferentes entidades del Gobierno Nacional comprometidos en la tarea.
Hoy, 10 aƱos despuĆ©s y por citar sĆ³lo un caso, en el Municipio de AriguanĆ se ha realizado una inversiĆ³n cerca de los $9.496 millones; a pesar de ello todavĆa los ariguanenses no cuentan con un servicio optimo ni mucho menos con un sistema de alcantarillado.
Sin embargo, en lo que respecta al Alcantarillado de AriguanĆ, es importante seƱalar que desde el 2009, con Recursos del PDA, se iniciĆ³ su primera etapa en la que se construyĆ³ la Red de RecolecciĆ³n y Manjoles en los barrios 20 Mayo, La Florida y Los Nogales; no obstante, hoy son recursos enterrados que no le prestan ninguana servicio a la comunidad ariguanense, dado que no se construyeron las instalaciones domiciliarias, la laguna de oxidaciĆ³n ni el emisario final.
Algo semejante ocurre en los demĆ”s municipio del departamento, donde muchas de sus comunidades ni tienen un acueductos digno ni mucho menos servicio de alcantarillado, pero si una entidad como Aguas del Magdalena E.S.P. S.A convertida en una apetitosa dependencia debido al atractivo presupuesto que maneja y en un fortĆn burocrĆ”tico, que se lo disputan los distintos grupos polĆticos.
Mientras tanto, muchos magdalenenses se siguen preguntando si unas de las metas trazados por Aguas del Magdalena como es la de “realizar inversiones en infraestructura para los sistemas de acueducto alcantarillado y aguas residuales para incrementar las coberturas reales urbanas de acueducto y alcantarillado a 95% y 85%, respectivamente”, algĆŗn dĆa se cumplirĆ”.
Para completar, el servicio de recolecciĆ³n domiciliaria de residuos urbanos es deficiente en todo el departamento y en algunos casos se realiza de manera anti- tĆ©cnica, ya que existen municipios donde aĆŗn se emplean tractores en los recorridos, cuando tienen la fortuna de contar con el combustible para hacerlo y una vez cada mes logran culminar su recorrido en las cabeceras municipales, seƱalaron algunos presidentes de las Juntas de AcciĆ³n consultadas; ademĆ”s, ni que decir de los “rellenos sanitarios”, en los que se invirtieron miles de millones de pesos y que nunca funcionaron ni prestaron la funciĆ³n para lo que fueron construidos y hoy estĆ”n convertidos en botaderos a cielo abierto.
Por si no fuera poco, ante el dĆ©ficit de vivienda que se vive en el Magdalena y porque no decirlo, en todo el Caribe colombiano, pululan barrios subnormales, en agrestes sectores marginales, muchos de ellos ubicados en zonas de alto riesgo, con pĆ©simas vĆas de acceso, en precarias condiciones habitacionales y donde conviven mĆ”s de tres familias hacinadas por unidad residencial.
Frente a estas realidades y la pobreza de mĆ”s del 60% en que viven los colombianos, cabe resaltar que el paĆs suramericano es el mĆ”s desigualdad de la regiĆ³n y donde sĆ³lo “el 20 por ciento de los ingresos en Colombia estĆ”n en manos del 1 por ciento de la poblaciĆ³n”, como lo seƱala el economista francĆ©s, Thomas Piketty.
Bajo esta verdades, cualquier protocolo del Ministerio de Salud se convierte en un simple saludo a la bandera, sin ninguna consecuencia real y efectiva en la tarea de reducir los vectores endĆ©micos de esta enfermedad, atendida actualmente con paliativos que nunca atacaran las causas reales de cualquier amenaza epidemiolĆ³gica, como hoy sucede con el Zika.
FotografĆas: ©[ar] actualidad regional. Enero. 2016 ©Piezas educativas: OrganizaciĆ³n Panamericana de la Salud, OPS, y la OrganizaciĆ³n Mundial de la Salud, Oficina Regional para las AmĆ©ricas, OMS.
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